28.10.05

Pasé el molinete, me subí al subte... iba a la misma estación Catro Barros de siempre, pero esta vez no iba a ser como siempre.
Bajé del subte, caminé tres cuadras... iba al mismo edificio de siempre, pero esta vez no iba a ser el de siempre.
Llegué. Saqué las llaves de la cartera. Primero la chatita de los pocitos. Ascensor. Segundo Piso. Pasillito. Ahora la redondita. Abrió. Entré.
Miré.
Olí.
Escuché.
Hablé.
Toqué.
Imposible explicar en cinco sentidos lo que siente al entrar a tu futura casa.